Algo viejo, algo nuevo, algo prestado, algo azul, el camino de la novia cogida del brazo de su padre hasta el altar, el primer baile de los recién casados… Son muchas las tradiciones que se repiten en las bodas año tras año. Una manera de no perder nuestra forma de celebrar el amor desde hace generaciones. Dentro de la lista de costumbres, está también la de las arras.

 En un momento de la ceremonia, además de las alianzas de boda, los novios intercambian 13 monedas mientras recitan esta frase: “Recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir”.

Un intercambio muy simbólico que refleja el compromiso de los contrayentes a la hora de procurar una prosperidad económica mutua.

Esta costumbre ha perdurado en el tiempo a partir de la tradición de dar un arrabón, que significaba «promesa». Y, aunque han pasado cientos de años desde que empezó, sigue siendo uno de los momentos más emotivos.

Yendo al origen de esta costumbre, y por representar la dote, este símbolo era imprescindible (no se consideraban válidos los matrimonios en los que no se presentaban las arras).

Aunque hoy en día siguen siendo obligatorias como parte de la ceremonia católica, hay parejas que optan por no incluirlas en su boda.

 

El origen de la tradición

Tenemos que remontarnos al sacro imperio Romano-Germánico para dar con el inicio de esta costumbre. Aunque lo más curioso es que el ritual es de origen mozárabe.

Según la tradición, cada una de las monedas representa los doce meses del año. Siendo la decimotercera una moneda que iría para personas con dificultades económicas.

Sin embargo, un dato curioso es que esta parte de la ceremonia se ha actualizado con el paso del tiempo. Al principio, era el novio quien entregaba las arras a su pareja, lo que significaba que, si había una infidelidad en la relación, perdía las arras.

En cambio, actualmente, el intercambio es mutuo representando el acuerdo de ambos de contribuir al bienestar económico.

 

Tipos de arras

Las trece monedas tienen el mismo tamaño y se suelen realizar en oro o plata. En función de sus grabados, las arras se dividen en bíblicas o heráldicas.

Las primeras representan imágenes de Fe y llevan acuñadas citas bíblicas que simbolizan el matrimonio: “Creced y multiplicaos”, “El amor en el dolor y en la alegría”, “Permaneced en la Fe y en el amor”,…

Las arras heráldicas son más personalizadas, ya que llevan los escudos heráldicos de los novios y la fecha del enlace, lo que representa la unión de las dos familias.

Tradicionalmente las arras son un regalo de la madrina del novio o se heredan de generación en generación, en ambos casos tienen un gran valor sentimental en la ceremonia nupcial.

 

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